El turismo valenciano pierde pero aún así supera a Canarias y Baleares

El sector turístico en la Comunidad Valenciana ha perdido unos 1.500 millones de euros de impacto económico en los últimos cuatro años, según los datos del observatorio turístico de la Comunidad Valenciana.

 En concreto, si en 2008 esta industria generaba 13.845 millones de euros para la región (un 13% del PIB), dos años después -los datos más actualizados- indican que el sector supone 12.831 millones, el 12,6%. Durante 2011 y el primer trimestre de 2012 el descenso ha sido «proporcional» al del resto de ejercicios, lo que supone «un descenso de 1.500 millones de euros».

La cifra, aunque negativa, coloca a a la autonomía como la tercera zona turística de España de sol y playa, sólo por detrás de Andalucía y Cataluña.

 El impacto económico se mantiene ligeramente por encima de Canarias y Baleares, donde el descenso de ocupación del turismo extranjero ha sido más acusado (actualmente esta industria genera unos 11.000 millones de impacto en las islas). Aún así, continúa estando por debajo de Madrid, líder en turismo urbano.

Los datos del observatorio indican que la Comunidad ha navegado por la crisis en dos etapas. La primera ha estado caracterizada por el descenso de visitantes de su principal cliente internacional, el británico.

 Entre 2007 y 2009 la agresiva política de precios de Egipto y Turquía, muy marcados por los productos de todo incluido, catapultaron a estos destinos como favoritos para los clientes de Reino Unido. Hasta entonces España había sido la primera opción de los ingleses para viajar fuera de su país.

 Tres factores cambiaron esta tendencia: la inestabilidad política del norte de África, el aumento de precios de los paquetes de estos países por encima del 18% y la tasa aeroportuaria británica, que grava el número de horas de vuelo.

En 2012, la situación para la Comunidad se ha invertido. Según los datos de la patronal hotelera de Benidorm (Hosbec), en julio de 2011 el número de visitantes de Reino Unido se disparó un 19%. Desde entonces la cifra no ha parado de crecer, hasta el punto de que el pasado mes de mayo las pernoctaciones de ingleses superaron a las de españoles por primera vez desde 2008. 

Este incremento confirma las previsiones lanzadas a principios de año por la consultora alemana GFK, que esperaba un descenso de visitantes de Reino Unido en todos sus destinos tradicionales menos Benidorm (el único de Europa, donde esperan crecer unos tres puntos este verano) y Marruecos.

Actualmente, el mayor problema que tiene la Comunidad Valenciana para llenar sus camas es captar al cliente nacional, para lo que se plantean agresivas bajadas de precios.

 De hecho, los hoteleros de Benidorm siguen pendientes de que el Gobierno valenciano les abone las subvenciones de los dos últimos años para lanzar una campaña de emergencia este verano en sus principales destinos españoles. Dentro de la guerra por las camas de última hora, la principal fortaleza que tiene la región sigue siendo la misma que antes de estallar la crisis: sus bajos precios.

Según los datos de la encuesta de gasto turístico (Egatur), la Comunidad Valenciana es la región más barata de España para pasar una noche. El informe también indica que la autonomía ha mejorado este dato por encima de la media nacional (en 2011 creció un 8,6%, frente al 7,9%), pero el gasto diario por persona sigue siendo muy bajo (71,3 euros, 30 menos que la media).

 Fuentes de Turismo achacan estos datos a la dependencia de los aeropuertos valencianos por las aerolíneas de bajo coste, la principal vía de llegada de turistas internacionales. Se estima que más de dos tercios de la conexiones que tiene el aeropuerto de El Altet -quinto de España- son de este tipo. Además, la mayor parte de estos enlaces están en manos de Ryanair, que ha iniciado una campaña de chantaje para poder embarcar sin pasarelas.

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