Alicante coge aire
Nuevos aires soplan para el sector de la hostelería en
Alicante. La tímida recuperación de la economía local y el tirón del fenómeno
conocido como tardeo, capaz de congregar a centenares de personas en el centro
de la capital cada fin de semana para comer, han favorecido la apertura en cadena
de locales dedicados a la restauración en las calles más transitadas de la
ciudad.
¿Oportunidad de negocio o consolidación del sector tras la crisis?.
La Rambla, Castaños, Quintana, San Francisco, Gabriel Miró o
la plaza del Mercado lideran la recuperación y se han convertido ya en el
objeto del deseo de franquicias y empresarios particulares que no quieren dejar
escapar la ocasión en esta zona y apuestan por aprovechar la oportunidad del
momento.
Cartas adaptadas a todos los gustos y bolsillos invaden las fachadas.
Menús económicos, diarios o para el fin de semana; la demandada caña y tapa o
el nuevo concepto de gastrobar se imponen en el centro.
Los manidos carteles de se vende o se alquila ceden ahora
protagonismo a luminosos de gran porte con atractivos nombres que captan la
atención de la gente.
Locales de comida rápida comparten ubicación con otros
negocios de productos más elaborados a un precio elevado. Exclusividad y
populismo se disputan a un público que empieza a reservar parte de su presupuesto
para invertir en ocio los fines de semana.
Las cifras avalan la recuperación. En los primeros seis
meses del año, el número de licencias expedidas para la apertura de locales
cuya actividad principal se centra en la restauración se ha duplicado con respecto
al mismo periodo del año pasado, según datos facilitados por la Asociación
Provincial de Hosteleros de Alicante (Apha).
Las playas y el centro de la
capital son los principales beneficiados de esta tendencia al alza. "En
los últimos meses se ha experimentado una notable mejoría del sector [de la
hostelería] que invita al optimismo", señalan fuentes de la asociación a
este diario.
Otro de los factores clave que favorece esta recuperación es
la manga ancha del Ayuntamiento de Alicante con respecto a este tipo de
negocios.
La posibilidad de iniciar la actividad del local sin la perceptiva
autorización municipal –apelando a la declaración responsable del propietario–
un día después de presentar la documentación mínima exigida por la ley en el
consistorio ha acortado los plazos para levantar la persiana en la mayoría de
los casos.
Y es que, salvando los trámites burocráticos iniciales, los tiempos
se acortan en casi un mes.
Entre los locales más demandados destacan aquellos que están
ubicados en las principales vías con fachada a más de una calle.
Negocios
locales dedicados al sector textil o inmobiliario, que en su día fracasaron y
se vieron obligados a echar la persiana por la caída de la demanda, dan paso
ahora a firmas nacionales o internacionales que apuestan por asentarse en la
capital.
La burbuja de la hostelería vuelve a coger aire en una
ciudad cuya principal fuente de ingresos es el turismo y que, tras varios años
sin rumbo fijo, se ha convertido otra vez en polo de atracción para inversores
y público.
Comentarios
Publicar un comentario