Ryanair no llega a un acuerdo con la Generalitat

La aerolínea de bajo coste Ryanair mantiene cerrada su base en el Aeropuerto de Manises desde el 4 de noviembre, y la Conselleria de Turismo sigue sin entender muy bien la razón. De hecho, en este tiempo Ryanair ha lanzado cinco nuevas rutas desde entonces, con Madrid, Bolonia, Düsseldorf-Weeze, East Midlands y Cagliari.

Un repaso a las noticias aparecidas en medios de comunicación durante el último año ayuda a comprender esta batalla, que reúne más componentes estratégicos de lo que puede parecer.

Algunos sindicatos, como UGT, han calificado ya de «chantaje» la actitud de Ryanair en Valencia.La presión sobre los gobiernos que no ceden a sus requerimientos, ya sean nacionales, autonómicos o locales, es una constante en los lugares donde opera Ryanair. Su principal amenaza consiste en anunciar que su retirada de un aeropuerto supondrá la pérdida de rutas, pasajeros y empleados. Para justificar su marcha suele utilizar como argumento el haber sufrido un perjuicio, aunque muchas veces los verdaderos motivos son operacionales, según los mismos sindicatos.

El 15 de julio pasado, Ryanair anunció su decisión de reducir un 18% la programación de invierno en el aeropuerto de Dublín al considerar que el aumento de tarifas lo convertía en el segundo más caro de su red. El 24 de julio, anunció que no establecería ninguna base en Polonia si el gobierno no eliminaba el incremento de las tasas aéreas, y decidió suspender las negociaciones con cinco aeropuertos polacos. El 27 de agosto comunicó que eliminaría dos rutas del aeropuerto irlandés de Cork por subir sus tasas.

En otoño la estrategia dio el salto a España. El 24 de octubre informó del cierre de su base en Valencia, donde lleva meses atacando a la Generalitat para exigirle un proceso transparente y mediante concurso para adjudicar un contrato público. En noviembre amenazó con eliminar todas sus rutas con Fuerteventura si los empresarios locales no accedían a reunirse con ella.

En febrero pasado, Ryanair anunció que recortaría su presencia en el aeropuerto irlandés de Shannon en respuesta a la aplicación de una nueva tasa de 10 euros por pasajero del gobierno.

También el pasado mes, amenazó con abandonar todas sus operaciones en Roma si las autoridades de la región del Lazio insistían en reducir sus vuelos en Ciampino a causa de la contaminación acústica.

Algunos gobiernos han llegado a la conclusión de que no basta con firmar acuerdos y otorgarle subvenciones directas: si la operación comercial no es rentable, Ryanair bajará su actividad igualmente. En 2007, abandonó de forma unilateral su actividad en Vitoria, pese a tener un contrato firmado con la Diputación Foral de Álava por 596.000 euros.

Tras anunciar su base en Reus, Ryanair retrasó más de un mes su apertura cuando faltaban apenas 15 días para el comienzo de las operaciones, previstas para el 1 de octubre. Los pasajeros se vieron obligados a cambiar sus reservas o anular sus billetes.El argumento de la aerolínea fue la «falta de aviones». Santander, Palma de Mallorca, Sevilla o Santiago de Compostela se quejaron por entonces de sufrir las consecuencias de este retraso.

En Granada, Ryanair exigió a los empresarios locales que pusieran el dinero para completar el convenio que aseguraría la continuidad de sus vuelos, ya que el Ayuntamiento no quería hacerlo hasta no tener claro su compromiso. Finalmente, no sólo no incorporará las 10 rutas que prometió, sino que pondrá menos, por más dinero.

Girona paga 14 millones de euros a Ryanair para que su nombre aparezca junto al de Barcelona en la publicidad de sus destinos.Hasta hace poco se la conocía como Barcelona-Norte, al igual que Valladolid es Madrid Oeste.

En un artículo aparecido en La Gaceta en agosto pasado se llegaba a la conclusión de que un billete Londres-Madrid se publicitaba en la web de Ryanair a 10,99 euros, pero acababa costando 63, seis veces más, por la suma de conceptos como tasas, seguro y facturación de la maleta, no especificados desde el inicio.

En noviembre pasado, Cantabria criticó duramente a la aerolínea por la «falta de transparencia» y «desatención al viajero» después de que algunos pasajeros tardaran hasta cinco días en poder regresar a España tras un inicidente en un vuelo de Ryanair en Ciampino (Roma). En febrero pasado, los medios gallegos recogían la aventura de los 160 personas atrapadas en Londres, algunos de los cuales tuvieron que pagarse de su bolsillo la noche de hotel.

En agosto, se conoció que Aviación Civil y las UE estaban investigando a la compañía irlandesa por cancelar las reservas no efectuadas a través de su página web. La Justicia ha desestimado las demandas de Ryanair contra las agencias on line eDreams y Atrápalo por vender sus billetes.

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