Los cruceristas que llegan a Barcelona no gastan lo esperado

Las expectativas de afluencia de turistas a los comercios de la capital catalana realizadas por la Cambra de Comerç de Barcelona para este domingo quedaron lejos de cumplirse. 

"Como un día entre semana cualquiera", opinaba la encargada de una tienda situada en el paseo de Gràcia en relación al número de turistas que pasaron por su local en este domingo, que aparentemente prometía importantes beneficios a causa de la confluencia, en el puerto de Barcelona, de un total de siete barcos de crucero con unos 31.600 pasajeros a bordo. 

Precisamente, para aprovechar esta eventualidad, el Ayuntamiento de Barcelona acordó con las organizaciones del sector que ayer fuese el segundo de los cuatro días que permite la Generalitat para que los comercios de Barcelona abran sus puertas a tiempo completo.

El Port de Barcelona estimó en 3,5 millones de euros los beneficios que la llegada de los cruceristas supondría para la ciudad, calculando que cada uno de los pasajeros que bajó a tierra gastaría una media de 114 euros. Sin embargo, parece que las expectativas no se cumplieron. 

"Se habrán quedado en el barco", aventuró una dependienta del establecimiento de Mango situado en paseo de Gràcia.


Los responsables de varias tiendas de la zona del Portal de l’Àngel y el paseo de Gràcia, tanto de gama alta como las más asequibles y concurridas, se quejaban de que los turistas desconocían que las tiendas estaban abiertas y arguyeron que, por tanto, no tenía mucho sentido abrir las puertas este domingo, como tampoco el pasado 30 de marzo.

"Sugerimos estas fechas en lugar del 12 de octubre y el 1 de enero porque son días de atractivo turístico y comercial", explica Vicenç Gascà, presidente de la Fundació Barcelona Comerç. 

Para el responsable de uno de los comercios que se han visto afectados por la decisión del Ayuntamiento, se trata, no obstante, de "una chuminada como una catedral" pues, según dice, "en los días tradicionales, como el 12 de octubre, se vendía mucho más". 

Xavi Massip, gerente de la asociación de comerciantes Amics de La Rambla, considera adecuada le elección de las fechas: "La ciudad está abierta para todos, y los turistas no tienen que ir a comprar lugares como La Roca, que sí que abren los festivos", arguye. 

En la misma línea, Silvio Elias, presidente de Comertia, agrupación de cadenas familiares catalanas, afirma que "hay muchos turistas que pasan por Barcelona que no encuentran tiendas abiertas".

Los responsables de las agrupaciones comerciales citadas se muestran partidarios de una liberalización de horarios, pero con matices. 


"Permitir la abertura todos los domingos supondría el peligro de desestabilizar el comercio de Barcelona", asegura Gascà. Del mismo modo, Elias rechaza la posibilidad de una liberalización total y apuesta por "delimitarla a la zona turística de la ciudad que está captando la demanda".


Con todo, este domingo no ha resultado del todo satisfactorio para buena parte de las tiendas que podían beneficiarse de ello. Algunas, como Desigual, lanzaron promociones de descuento y se muestran satisfechas con el fin de semana. 

No parece, sin embargo, la tónica habitual. Algunos residentes de Barcelona incluso aprovecharon la escasa presencia de turistas en las tiendas para ir de compras con tranquilidad. "Hay menos gente, te coge de buen humor y no te agobias tanto", opinó una joven de Elche que reside en Barcelona desde hace cinco años. 

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