Algunas de las islas secretas de Hong Kong
Un corto trayecto en ‘ferry’ desde la gran ciudad
le planta ante otra realidad de pueblos tradicionales, templos milenarios y
playas de postal
Rascacielos, modernidad, lujo y gente, mucha gente, son las
imágenes que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en Hong Kong.
Sin embargo,
uno de secretos mejores guardados de la antigua colonia británica son sus 235
islas, de las cuales solo unas pocas están habitadas, ofreciendo al viajero
escapar del ruido y la actividad incesantes de Hong Kong.
Basta un corto
trayecto en ferry desde el centro para plantarse entre pueblos tradicionales,
templos milenarios y playas de postal.
LANTAU. Es la más grande de las islas y la que acoge su
aeropuerto internacional, pero Lantau es también conocida por su naturaleza en
estado puro y su estatua de Buda gigante sentado, que se erige majestuosa sobre
los 268 escalones mirando al norte, hacia la población de la China continental.
Para llegar hasta aquí, nada mejor que hacerlo en el
teleférico Ngong Pin 360 que nos transporta desde la estación de metro de Tung
Chun, con impresionantes vistas del aeropuerto, las laderas de Lantau, el Mar
del Sur de China y la propia estatua de Buda.
A 20 minutos en autobús desde
Ngong Ping se encuentra el pueblo de Tai O, famoso por su comunidad tanka que
durante generaciones ha vivido en este pueblo de casas sobre pilares.
Los conocidos
como gitanos del mar, presentes también en Macao, algunas zonas de Cantón y
Vietnam, tienen costumbres distintas a la predominante etnia han del sur de
China. Sus casas están interconectadas, dando lugar a una comunidad muy unida y
auténtica, todo un paraíso para los amantes de la fotografía.
LAMMA. Lo que una vez fuera refugio de pescadores se ha
convertido en los últimos años en el lugar de residencia de escritores,
artistas y otros profesionales liberales, atraídos por su ambiente relajado y
bohemio y sus asequibles alquileres.
La Aldea de Pescadores de Lamma recrea los
escenarios de la isla cuando la pesca era su principal modo de vida. Iniciado
por un antiguo pescador de la zona, el proyecto permite al visitante probar su
suerte con la pesca tradicional.
En el sur de la isla, la playa de la Tortuga debe su nombre
a que es el único lugar de Hong Kong donde pone sus huevos la tortuga verde, y
uno de los pocos existentes en la zona.
Al ser una especie en peligro de
extinción, la playa permanece cerrada todos los años durante la temporada de
puesta de huevos, entre junio y octubre. El resto del tiempo es una playa muy
tranquila, ideal para disfrutar del encanto de este animal milenario.
CHEUNG CHAU. Esta pequeña isla de menos de un kilómetro
cuadrado de extensión es a menudo ignorada por los grupos de turistas chinos en
busca de atracciones más desarrolladas, una buena razón para visitarla.
La
mayoría de sus 6.000 habitantes se concentran alrededor del embarcadero del
ferry, lo que deja el resto de la isla para disfrutar de interesantes paseos.
Por el centro, calles tranquilas con pequeñas tiendas y restaurantes de pescado
frente al mar. El sendero del Patrimonio de Peng Chau es una ruta a pie por el
legado cultural, artístico e histórico de la isla. Una antigua fábrica de
cerillas, un cine al que acudían los trabajadores o un antiguo colegio son
algunas de las paradas de interés.
El restaurante francés Les Copains D’abord
es una pequeña joya en esta isla a 30 minutos en barco de Hong Kong.
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