Cómo usar la ciencia para hacer que las ciudades sean más jugables

La investigación muestra que el juego es importante. Entonces, ¿por qué las calles de la ciudad son tan estériles?

En el pasado, las calles de la ciudad eran lugares donde la gente se juntaba, se juntaba y jugaba. Pero en el último siglo, se han convertido en lugares para viajar, no para disfrutar. Esto es un poco triste para todos, especialmente para los niños.

"Sabemos que el juego hace que los niños sean más saludables y felices. También sabemos que el juego es fundamental para desarrollar habilidades del siglo XXI como la creatividad, el pensamiento crítico, la empatía y la colaboración, habilidades que son esenciales para el trabajo y la economía del futuro", escribió 42, una firma de diseño que se especializa en ciencias de la conducta, en un artículo reciente sobre cómo hacer que las ciudades sean más jugables.

Personalmente, creo que es valioso que los niños aprendan la creatividad y la empatía más allá de convertirse en engranajes económicos, pero entiendo el punto: el juego es importante. Y los niños necesitan más. Según Ideas 42, aquí hay algunas maneras en que podemos combinar el diseño urbano y la psicología humana para hacer que el juego sea una actividad menos especial y más cotidiana.

1. Lugares cotidianos

Los padres no siempre tienen tiempo para organizar un montón de tiempo de juego. En cambio, ¿por qué no hacer que las calles regulares sean más jugables?

"Imagine en cambio que los niños se dirigen ansiosos a la parada de autobús porque la acera está pintada con rayuela y otras actividades lúdicas", continuó el periódico. "No se quejan en la parada de autobús porque disfrutan de los columpios que reemplazaron a los bancos, y no causan problemas en la sala de espera de la clínica porque están ocupados jugando juegos con su madre".

2. Más y más pequeño

Si un patio de recreo está lejos de la casa de alguien, probablemente no irán con mucha frecuencia.

"Un parque puede sentirse lejos solo porque el padre tiene que conducir o tomar el transporte público, o incluso caminar a una parte diferente del vecindario", explica el periódico. "Esto hace que ir al parque o al patio de recreo parezca una salida importante en lugar de algo todos los días e incidental. Los estudios han descubierto que la gente está dispuesta a caminar un cuarto o medio kilómetro como máximo para ir a un parque".

En cambio, la creación de áreas de juego más pequeñas en todo el lugar puede hacer que el tiempo de juego sea más una actividad cotidiana, en lugar de un viaje especial.

4. No solo para niños

Los patios de recreo se hacen generalmente exclusivamente para niños. Pero adivina quién suele llevar a los niños a los patios de recreo. Adultos A los adultos les gusta jugar también, pero no es probable que se entusiasmen tanto con los areneros.

"Hacer que las oportunidades de juego locales sean más divertidas y sociales para padres y cuidadores podría ayudar", dijo el periódico. "Diseñar juegos y equipos que puedan ser utilizados por una variedad de edades y habilidades puede involucrar a adultos y niños de todas las edades".

A pesar de lo maravilloso que es todo esto, no parece correcto actuar como si poner conjuntos de columpios cerca de las paradas de autobús fuera suficiente para hacer que las ciudades sean verdaderamente jugables.

"Nadie jura que se van de Londres, Nueva York o París porque no pueden jugar a Pong en un cruce de peatones", señaló Feargus O'Sullivan, un periodista que escribe sobre ciudades. "Las intervenciones jugables no democratizan las ciudades. Para hacer eso, tendría que luchar contra amenazas mucho más serias que los cruces peatonales que no son lo suficientemente divertidas. Su primer movimiento probable sería luchar contra la privatización y el control de espacios supuestamente públicos, una proceso opresivo que podría decirse que hace más que nada para absorber el oxígeno creativo de las ciudades ".

Bien, O'Sullivan. Entiendo tu argumento. Pero hey. En términos de pequeñas cosas que las ciudades pueden hacer fácilmente, éstas parecen un buen comienzo.