Una mujer con tres kilos de sal en el estómago
La reanudación de la vista oral del conocido caso del exorcismo del Albaicín, que acabó con la vida de Encarnación Guardia, de 36 años, en medio de un supuesto exorcismo, ha provocado gran expectación en medios judiciales y sociales ante el inicio de la declaración en los próximos días del forense responsable de la autopsia del cadáver de Encarnación, el director del Instituto Anatómico Forense, Manuel García Blázquez.
La impresión recibida por el forense García Blázquez cuando vió el cadáver de Encarnación Guardia fue tan fuerte que le ha llevado a escribir un libro, algunas de cuyas páginas más llamativas.
Encarnación Guardia, la mujer muerta en el «Exorcismo del Albaicín», era agradable, guapa, agitanada y con un carácter abierto, según el forense que realizó la autopsia al cuerpo de Encarnación la madrugada del 1 de febrero de 1990 durante unas siete horas. «Las lesiones que encontramos aquella noche se salen de los parámetros habituales», ha dicho este hombre que quedó tan impresionado de lo visto aquella noche, que prepara un libro sobre ello. Según las declaraciones del doctor Blázquez, director del Instituto Anatómico Forense de Granada, las cantidades de sal, entre 2 y 3 kilogramos, encontrados en el cuerpo de Encarnación Guardia, tras ser sometida a un ritual exorcista, superan cualquier caso en toda la literatura médica conocida. Precisamente ésta fue la causa directa de la muerte.
En términos científicos, un síndrome hiperosmolar. El médico forense ha revelado algunos datos sobre una muerte «brutal y lenta», pues Encarnación estuvo en una agonía continuada durante unas diez horas. Todos los hechos extraños ocurridos en la calle San Luis el día del exorcismo han sido explicados por el médico forense.
Es científicamente explicable el giro de casi 360 grados que dio la cabeza de Encarnación Guardia durante el rito exorcista, dado que sufrió un grave deterioro de sus vértebras superiores, al sufrir importantes convulsiones, según García Blázquez. También es explicable que la víctima, antes de serlo, produjera sonidos y voces extrañas debido a la inflamación sufrida en la cavidad bucal por las grandes dosis de sal ingeridas. Lo que no es científicamente explicable para el director del Instituto Forense de Granada es el erizamiento del pelo de Encarnación, que medía más de 60 centímetros.
La capacidad muscular existente en la cabeza según la explicación ofrecida, es totalmente insuficiente para erizar tal cantidad de pelo. Curioso en el caso es también que los cuatro acusados de la muerte no tienen graves problemas o trastornos psiquiátricos, tan sólo se han detectado indicios de cierta anormalidad mental en uno de los cuatro procesados, aunque García Blázquez no ha querido desvelar hasta que los informes periciales no sean expuestos en el juicio, por el que aún deberán pasar unos treinta testigos, a partir de mañana.
El médico forense, quien ha confirmado que Encarnación no estaba embarazada, ha descartado que pudiese tratarse verdaderamente de una posesión diabólica, aunque ha reconocido creer en la existencia del demonio. «En el cuerpo de Encarnación -ha dicho- no había más anormalidad que las fuertes lesiones producidas por los propios intervinientes en la sesión». Manuel García Blázquez, basándose en los testimonios que dicen que Encarnación Guardia no gritó, ni siquiera se quejó por lo que le hacían, estima que la víctima pudo estar influenciada por un estado histérico que le haría insensible al dolor, lo que el médico forense ha calificado de «anestesia sensitiva», más fuerte, incluso, que la anestesia local.
El médico forense ha confirmado que ninguno de los participantes en el exorcismo estaba borracho ni había tomado drogas, por lo que la causa de esta brutal sesión podría estar en que los participantes verdaderamente creyesen que Encarnación Guardia estaba poseída por el demonio.
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