Hubo un tiempo en que en la Tierra estuvo lloviendo 2 millones de años seguidos
Hace más de 232 millones de años, la Tierra atravesó un evento climático crucial conocido como el Evento Pluvial Carniense, un período en el que un cambio drástico transformó un entorno seco en una fase de lluvias continuas que duró entre uno y dos millones de años.
Este fenómeno, descubierto en el siglo XX gracias al estudio de capas de sedimentos inusuales en rocas antiguas, ha despertado gran interés en la comunidad científica. La evidencia, hallada desde los Alpes orientales hasta el Reino Unido, indica que las condiciones de humedad prevalecieron globalmente, alterando significativamente el desarrollo de la vida en el planeta.
Sedimentos únicos
La comprensión de este suceso comenzó a emerger en las décadas de 1970 y 1980, cuando geólogos observaron sedimentos poco comunes en antiguas rocas. En los Alpes orientales, se encontraron depósitos de sedimentación siliciclástica en rocas carbonatadas, señal de actividad vinculada al agua. De manera similar, en el Reino Unido, el científico Alastair Ruffell analizó una capa de roca gris sobre la típica piedra rojiza de la zona.
Los estudios apuntaron a un notable incremento en las lluvias coincidente con el inicio de la era de los dinosaurios, momento en que estas criaturas empezaron a diversificarse y prosperar. Esta sincronización sugiere que el clima húmedo podría haber jugado un papel clave en el éxito evolutivo de los dinosaurios y otros seres vivos, marcando un hito en la historia biológica del planeta.
El Evento Pluvial Carniense
Conocido también como la crisis carnisiana, este evento dejó registros en formaciones geológicas de distintas partes del mundo, reflejando un cambio ambiental a gran escala. Se cree que la causa principal fue una gran erupción volcánica en la provincia ígnea de Wrangellia, que se extendía desde el sur de Alaska hasta la costa de Columbia Británica. El investigador Jacopo Dal Corso destacó el impacto de esta erupción, que liberó grandes cantidades de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, provocando un aumento de la temperatura global.
La disposición geográfica de Pangea en esa época ya favorecía el desarrollo de monzones, con aire húmedo de los océanos desplazándose al interior y condensándose en forma de intensas lluvias. El profesor Paul Wignall de la Universidad de Leeds señaló que los mares eran anormalmente cálidos, comparándolos con “sopa caliente”, lo cual intensificó aún más las precipitaciones.
Consecuencias climáticas y biológicas
El Evento Pluvial Carniense también trajo consecuencias adversas para la vida. Según investigaciones del Journal of the Geological Society, este periodo incluyó fenómenos como la lluvia ácida y un rápido calentamiento global que provocó pérdida de vegetación, suelos degradados y problemas como la anoxia y acidificación oceánica. Estos factores condujeron a extinciones masivas y un cambio en el equilibrio ecológico.
Finalmente, las transformaciones climáticas de esta etapa crearon condiciones para que surgieran y se diversificaran nuevas formas de vida, facilitando el dominio de los dinosaurios y otras especies terrestres modernas. Este evento destaca la compleja interacción entre los cambios ambientales extremos y la evolución, y revela la capacidad de la vida para adaptarse y resistir en tiempos de adversidad.
Comentarios
Publicar un comentario